Wednesday, July 05, 2006

Reacciones ante el mundial

El triunfo de la madurez
Santiago Kovadloff
Para LA NACION



Al recibir a la selección de fútbol en Ezeiza como se lo hizo horas atrás se pudo verificar un hecho socialmente auspicioso. Una sociedad que es capaz de valorar el esfuerzo y la calidad del desempeño de nuestra selección con independencia del resultado desfavorable que nos excluyó de la Copa del Mundo revela que puede apartarse del exitismo para privilegiar logros menos circunstanciales. La gratitud, la admiración y el reconocimiento de la labor cumplida preponderaron esta vez entre los simpatizantes sobre la tristeza y aun sobre el desencanto en que nos sumió el hecho de vernos desclasificados por Alemania.

¿Cómo no advertir en esa actitud un triunfo de la madurez sobre el mero oportunismo; de la reflexión sobre la ciega espontaneidad de las pasiones?

Si alguna enseñanza nos deja con su actuación el equipo de Pekerman, ella es la de la posibilidad de que predomine entre nosotros el trabajo de equipo sobre el desempeño puramente individual. Fue la de esta selección argentina de fútbol una auténtica labor orquestal, reveladora de un espíritu de convergencia capaz de preponderar sobre todo estrellato estrictamente personal. Y es aquí donde la trascendencia cívica de esa recepción de nuestros jugadores puede ser reconocida en toda su fecundidad.

El desempeño de la selección fue un ejemplo admirable de la indispensable preeminencia que el bien común debe alcanzar sobre los intereses individuales o sectoriales en cualquier emprendimiento de envergadura nacional. La cohesión de los jugadores, el hondo sentido de complementación que evidenciaron, la supremacía constante del objetivo común sobre los deseos, sueños, intereses y aun actitudes puramente individuales le ha hecho mucho bien a esta Argentina segmentada en tendencias que no alcanzan a privilegiar el encuentro sobre el desencuentro, el diálogo sobre el monólogo, la unidad sobre la dispersión.

Esta ha sido la gran victoria argentina en el Mundial de Alemania: haber sabido presentarse como un equipo, como un conjunto en el que la participación de cada cual aspiró siempre a estar al servicio del ideal compartido. Todos los jugadores y técnicos que dieron forma a esta selección nacional de fútbol merecen por eso el profundo reconocimiento de la ciudadanía.

Seguir en la Copa del Mundo hubiera sido sin duda una alegría. Haber intervenido en el Mundial como se lo hizo ha sido una verdadera lección.

El autor es ensayista y poeta



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